A TI TE QUERÍA ENCONTRAR  

 

Por: Francisco Cuenca

El protagonista es Diego, un ingeniero con inquietudes de arquitecto, quien se encuentra en vísperas de su matrimonio con Julia, mujer dedicada a la gastronomía con la que ha tenido una relación sentimental por diez años y quien deberá ausentarse un tiempo para adquirir nuevos conocimientos culinarios en Nueva York.

 

En medio de este panorama, Gero, el mejor amigo del protagonista organiza la despedida de soltero, evento que funge como el detonante para un viaje introspectivo y emocional del ingeniero.

 

Todo esto termina en tragedia, hubo música, alcohol, pero también fuegos artificiales que detonaron en explosiones que dañaron el inmueble. Por orden de su padre, Diego es obligado a remodelar el hotel que destruyó, hecho que obliga a Lu (Yuri Guadalupe), la gerente del hotel, a postergar un viaje y quedarse en el lugar hasta que quede totalmente renovado. La convivencia y el espíritu libre de Lu hacen que Diego se prende de ella, que pueda atreverse a gobernar su vida y no que ésta lo gobierne a él.

Diego está confundido, sabe que no es justo para Julia a días de la boda, pero por otro lado no puede dejar la oportunidad de hallar la verdadera felicidad. Después de El cumpleaños de la abuela, Javier Colinas regresa con una propuesta más estilizada visualmente, pero con fallos en el guión y en el desarrollo. Hay algunas escenas, sobre todo en el cortejo, que se hacen redundantes mientras que el clímax en cierto punto se vuelve un tanto aburrido.

El personaje de Julia no queda del todo bien resuelto, se sugiere que hay una tentación amorosa en la gran manzana para ella, pero jamás se expone bien la situación,  hay incongruencia en su ser, se interesa por su carrera pero después, y antes de concluir su curso, cambia radicalmente de decisión, esto es muy abrupto. De igual modo, el mejor amigo, Gero, tampoco tiene tanta explosión, se sugiera que está enamorado de la prometida de su mejor amigo, pero esta carta jamás se explota del todo. Hay algunas situaciones que lucen forzadas y evocan a cualquier telenovela que les vengan a la mente.

El mérito que destaca en el filme son las locaciones, no tanto las de Nueva York, en las que no se explota del todo lo vistoso que es, pero en contraste sí lo consigue con la ciudad de México, llegando a trazar una bonita postal de la ciudad, se enmarca de una forma romántica lugares como el barrio chino, los alrededores de Bellas artes, incluido su metro, entre otros lugares. Asimismo, no se ridiculiza a la clase trabajadora con un estilo de hablar que cae en lo caricaturesco, para muestra basta lo hecho por Patricia Reyes Spíndola, quien sobresale como “mujer luchona y sacrificada”.

No es pésima, no es sublime, tal vez no es la película que uno quiera encontrar, pero si en cierto punto se vuelve un tanto aburrida y sin sentido.